Horacio Quiroga es un escritor uruguayo conocido principamente por sus "Cuentos de la selva" y "Cuentos de amor, de locura y de muerte".
A ochenta años de su muerte, ocurrida en 1937 su figura sigue
agrandándose de valor y oupa un sitio en las letras hispanoamericanas.
El hombre y el creador
Tal vez pocas veces en el arte estén tan unidos, como el caso de
Quiroga, la aventura vital y la creadora. Se hace necesario, para
comprender el mundo hermoso y terrible de sus cuentos, conocer sus reles
experiencias, las que él deja entrver en sus relatos.
No solo porque el entorno de sus narraciones -hablamos de los
llamados por él "Cuentos del monte" (lo mejor de su producción)- esa
apasionante Misiones,
fue vivida, gozada y sufrida por él durante años, ni porque muchos de
sus personajes existieron de verdad, sino porque toda su producción
tiene "el aire" de lo que escapa de la mera fición para trasnformarse en
materia viviente.
Mucho se ha escrito sobre el sino
fatídico que parecia pesar sobre Quiroga. Mucho se ha enumerado la
escala de muertes violentas que, desde la de su padre, a sus dos meses
escasos de vida, comenzaron a sucederse a lo largo de su existencia.
Ellas dejaron una huella permanente en él, que como un genio maldito parecía atraer la tragedia a su costado.
Se comprende que en el paisaje salvaje y duro de Misiones haya encontrado su lugar para desarrollar su vida.
Niñez y Juventud
Nació el 31 de diciembre de 1878 en Salto. Su padre fue Prudencio Quiroga (argentino), y su madre Pastora Forteza (uruguaya). Fue el cuarto hijo del matrimonio. Apenas cumplidos los dos meses de vida, ocurre la primer tragedia en al vida del escritor: fue testigo, desde los brazos de su madre, de la muerte accidental de Prudencio Quiroga, al disparársele una escopeta que tenía en las manos (Febrero de 1879).
Transcurre su niñez y adolescencia en Salto, con su madre, que vuelve a casarse luego de un tiempo, y sus hermanos. También su padrastro tendrá una muerte violenta, y las mismas se reiterarán durante su vida e incluso después (su hija Elgé se suicidará poco después que su padre).
Durante su juventud Quiroga se siente modernista y anárquico. Sus héroes literarios son Edgar Allan Poe y Guy De Maupassant. Junto a su grupo de amigos son casi desterrados en su ciudad (Salto), y son incomprendidos y resistidos.
Su inicio literario
Escribe sus primeras poesías y cuentos en algunos periódicos salteños. Por entonces alterna sus intereses literarios con otro apasionamiento que tuvo toda la vida: el ciclismo. En 1899 comienza a editar su propio semanario: La revista de Salto, la cual se edita hasta 1900.
El 30 de marzo de 1900 intenta una aventura parisina. Se embarca hacia París durante los festejos por el inicio del nuevo siglo y rumbo a la meca de la cultura mundial. Pero ya en el largo viaje a bordo del barco "Cittá de Torino", comienza a sentir nostalgia de su entorno y sus amigos. Así lo leemos en su Diario de viaje donde vemos a un joven angustiado, indeciso, conflictivo, sin saber él mismo por qué emprendió ese viaje hacia una ciudad que luego le resultaría hostil.
Permanece en ella unos tres meses, no disfrutándola mucho, sobre todo porque su imprevisión, muy pronto se quedó sin dinero y pasó grandes necesidades. Al fin luego de vender todo lo que llevaba y pedir ayuda a sus familiares y amigos regresa al Uruguay.
El consistorio del "Gay Saber"
A su regreso se instala en Montevideo y funda su famoso "Consistorio del Gay Saber", y quien le da nombre es su amigo Federico Ferrando, un joven y promisorio poeta que se une al grupo de amigos. Allí se reúnen y reciben la visita de figuras literarias de importancia como Julio Herrera y Reissig (Fundador del otro cenáculo de importancia "La torre de los panoramas") y Leopoldo Lugones. En 1901 editará su primer libro de importancia: Los arrecifes de coral, una mezcla entre poesía y narrativa que comienza a posicionarlo dentro de la literatura nacional.
Es una época de dorada juventud, de extravagantes posiciones literarias y personales. Son jóvenes decadentes, dandys, en eterna lucha contra el mundo que no los comprende. Buscan renovar todo: el arte, la sociedad y la moral.
Esta etapa culminará con la muerte de Federico Ferrando.
El 5 de marzo de 1902 que marcó para siempre la vida de Quiroga y determinó su ausencia definitiva del Uruguay. En casa de Ferrando, uno de sus mejores amigos, mientras manipulaba un revólver y trataba de explicarle su funcionamiento, se le escapa un disparo que mata a Ferrando instantáneamente.
Ese disparo marca el fin de la época dorada, del Consistorio y de sus fantasías en su país natal. Quiroga se refugiará en Buenos Aires primero y más tarde en Misiones.
Misiones
En 1903 conoce de manera casual Misiones. Acompaña como fotógrafo a Leopoldo Lugones en un viaje destinado a la exploración de las ruinas jesuíticas. Pisa por primera vez tierra misionera y el pueblo de San Ignacio y la fascinación del trópico y la selva comienza a operar un cambio en él.
En 1905 compra un terreno en Misiones, a orillas del río Paraná, y construye su casa con sus propias manos. Primero una cabaña de madera y más tarde de material. En 1908 publica su primera novela: "Historia de un amor turbio", y en 1909 se casa con Ana María Cirés y la lleva a vivir al monte. Allí nacerán sus dos hijos: Eglé en 1911 y Darío en 1912. Sin embargo, no todo era felicidad en la pareja, y en 1915 le sobreviene la desgracia cuando Ana María se suicida dejándolo solo con sus hijos. Debe volver a Buenos Aires. Algo de esta situación aparece en el cuento "Los desterrados".





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